¿Qué es la energía verde y de dónde viene?

Las energías renovables —o coloquialmente también llamadas energías verdes— son energías que provienen de fuentes que nunca se agotan, como el sol, el viento y el agua. A diferencia de las energías que vienen de fuentes fósiles, cuyo uso se verá limitado hasta que las reservas se agoten (te contamos más sobre cuánto tiempo pueden aguantar en este artículo), las energías renovables no tienen fin. Otra ventaja de las energías renovables es que son más limpias que sus homólogas fósiles, ya que no emiten gases nocivos ni para el planeta ni para nuestra salud.

En este artículo te contamos cuáles son las fuentes más habituales de energías renovables:

Energía solar

Es la más abundante de todas las energías renovables. Contrariamente a la creencia popular, también se puede obtener con el cielo nublado. Distinguimos entre la energía solar térmica —o termosolar—, con la que se aprovecha la radiación solar para calentar agua, principalmente para sistemas de calefacción; y la energía solar fotovoltaica con la que se transforma la energía solar en electricidad mediante placas solares. 

El coste de la fabricación de las placas solares ha disminuido más de un 90% en las últimas décadas, permitiendo que se conviertan en la mejor alternativa para el autoconsumo. Además, la vida útil de las placas va más allá de los 30 años, lo que permite amortizar la inversión y maximizar la generación de energía relajadamente.

Energía eólica

Esta energía se genera gracias a la fuerza del viento, que hace mover las aspas de turbinas eólicas. Los aerogeneradores se agrupan formando parques eólicos, que podemos encontrar tanto en tierra firme como en superficies acuáticas —ya sea en alta mar o en aguas dulces—.

Curiosamente, aunque pueda parecer que a mayor velocidad del viento, mayor energía se podrá producir, esto no es así, ya que las velocidades superiores a 40 km/h pueden suponer un riesgo para las propias turbinas, por lo que se apagan.

Energía hidroeléctrica

Los orígenes de esta energía se remontan al antiguo Imperio Romano. La energía hidroeléctrica aprovecha la energía que produce el movimiento del agua al descender abruptamente, como en los embalses y en los ríos con gran pendiente. Como parte positiva, se puede tener el agua almacenada en los embalses y generar la electricidad cuando se necesite (a diferencia del viento o el sol, de los que no se puede disponer a voluntad). Lamentablemente, el nivel de los embalses se ha visto muy reducido en los últimos años debido a las sequías y al calentamiento global, por lo que dependemos de la climatología para poder abastecernos.

Energía geotérmica 

Consiste en aprovechar el calor proveniente del centro de la tierra y lleva utilizándose para cocinar o para calentar desde hace miles de años. Existen depósitos naturales de vapor y agua caliente bajo tierra, para convertir esta energía calorífica en electricidad se hace pasar el vapor de agua a través de turbinas. Lo más destacable de esta energía es que está disponible en cualquier momento, por lo que podemos generar electricidad siempre que lo necesitemos.

Ya has visto que hay muchas fuentes de energía renovables. Si tú también quieres aprovechar el poder de la naturaleza y poner tu granito de arena en la transición energética, puedes echar un vistazo a nuestro apartado de solar y empezar a ahorrar en tus facturas de la luz.