
Conoce a Jaime, nuestro Back-End lead
Os presentamos a Jaime Arrazola, del equipo de tech. Jaime está a la cabeza del equipo de Back-End, hablamos con él para conocerle mejor.
¡Hola, Jaime! Cuéntanos un poquito sobre ti y sobre lo que haces en Octopus.
Pues soy Jaime y en Octopus, básicamente tengo dos roles, principalmente soy Back-End Team Lead, llevo a toda la gente del equipo de Back-End y nuestro propósito es adaptar las particularidades del mercado español a nuestra herramienta principal, nuestra plataforma, que se llama Kraken. Y luego, apoyar a todas las iniciativas que quieran hacer los demás departamentos para captar clientes, a la vez que buscamos maneras de hacerle la vida más fácil y más guay a todos nuestros clientes.
A parte de eso, soy un mini cultural ambassador, porque vengo de las oficinas de Octopus en Inglaterra, así que mi trabajo en España es ayudar a trasladar la cultura de la empresa, guiar un poquitín a la gente e intuir qué haría Octopus en situaciones parecidas.
¿Cómo llegaste a Octopus?
A Octopus llegué a través de una serie de diferentes empresas. Estudié en Inglaterra, me fui a trabajar a España y volví a trabajar a Inglaterra, ahí tuve suerte de que se me ofreció meterme en el mundo de la energía, como CTO (Chief Tecnology Officer) en una startup, donde desarrollábamos un comparador ético con autoswitching: cambiábamos la tarifa cuando había una mejor disponible. Vino la crisis, la empresa tuvo miedo y se pusieron a la venta a ver si alguien estaba interesado, y Octopus nos compró. Compraron nuestra tecnología y nuestros clientes, y ahí es cuando me vine a Octopus. En Octopus empecé siendo un programador más, y estuvo bien, bajé bastante el nivel de responsabilidad que tenía día a día y no he dormido tan bien en mucho tiempo. Pero luego me hicieron team lead de parte del equipo de industria en Inglaterra y cuando llegaron a España me trajeron aquí.
¿Cómo dirías que es trabajar en Octopus?
Trabajar en Octopus la verdad que es genial. He estado en muchas empresas grandes como en IBM y en Indra que, la verdad, intentan ser empresas buenas, pero siempre hay peros... siempre hay alguien que te dice pero la junta de dirección, o los presupuestos de este mes, o nuestro target de profit… Siempre hay algo que les impide ser buenos.
En Octopus ocurre al revés a todos los niveles, desde el más bajo hasta el más alto nivel de dirección. Tenemos apoyo para hacer las cosas mejor y también se nota que la gente a niveles más altos de la empresa de verdad intenta hacer las cosas bien. Le dedicamos esfuerzo, tiempo y dinero, todas las cosas que implican sacrificio, sobre todo para una empresa, para una corporación, no solo para los individuos. Y el hecho de que la mayoría de gente que trabajamos aquí estemos alineados con ese tipo de sacrificios con tal de hacer las cosas bien, hace que sea muy guay trabajar aquí. Es trabajar un poquitín en lo que te prometen el resto, pero aquí es verdad.
¿Cuál ha sido tu día más memorable en el trabajo? Un día que recuerdes especialmente.
Cuando conseguimos sacar el alta del primer cliente, lo rápido que lo hicimos con un equipo que prácticamente no entendía Kraken, nuestra plataforma, y aún así conseguir sacarlo esa noche, a medianoche con el equipo y “The Final Countdown” sonando de fondo, que nos lo habíamos puesto para aguantar las horas de trabajo, eso estuvo muy bien.
Otro momento que con connotaciones más “negativas”, pero que en realidad fue memorable porque no fue tan malo, fue un día que accidentalmente me llevé por delante 9 millones de líneas en una base de datos. Todo se recuperó, no hubo ningún problema. El ver a todos mis compañeros que, cuando me di cuenta de que había un problema y lo reporté, salían de debajo de las piedras para ayudar... y nadie para culparme de nada.
El día después hicimos un “cómo hemos llegado aquí”, para aprender de ello, para que no vuelva a pasar, pero no fue un “qué has hecho mal”, sino “qué sistemas han fallado para que tú puedas hacerlo mal”. Porque creemos mucho en la automatización, en que la gente es imperfecta. Pero los procesos bien estructurados y de calidad nos ayudan a que no nos metamos en estos líos. Entonces se entiende más como un error que pasa una vez, como un fallo del proceso, que como un fallo humano. Los humanos, de por sí, fallan, somos imperfectos y no debemos perder lo imperfecto del humano.
Perfecto, pues ahora... ¡Ronda rápida de preguntas! ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Eh… Sinceramente, ver como crece el equipo, no tanto en tamaño sino a nivel personal. Como trabajamos a tan alto nivel de calidad, la gente que es medianamente buena, crece muchísimo en Octopus. Y verlo es… a mí me mola mucho.
¿Y lo peor de tu trabajo?
El decir que no a la gente. Tenemos un equipo limitado de programación, tenemos unas ambiciones locas y a veces, por mera necesidad, parte de mi trabajo es decir no podemos correr tanto. Ya vamos a un sprint… llevamos un kilómetro a un sprint de 100 metros, entonces, necesitamos bajar un poco el ritmo.
Algo personal, ¿un hobby que tengas?
Me gusta mucho dragones y mazmorras y organizo una partida semanal con personas hispanohablantes de Octopus.
¿Y alguna habilidad rara?
¡Puedo chuparme el codo!
Alguna serie o película que recomendarías.
¿Tiene que ser serie o película? Yo recomendaría leer ciencia ficción, porque la ciencia ficción escrita, a diferencia de lo que se ve en series y en Hollywood y demás, no intenta contarte una historia de principio a fin, con acción, climax y todo eso… Si no que, a veces, simplemente te ponen un caso de qué pasaría si… Y explorar nuestro futuro a base de ese tipo de preguntas nos permite también tomar mejores decisiones, nos permite plantear otras situaciones en las que nuestras acciones pueden tener otras consecuencias y hasta dónde pueden llegar. Y yo creo que está bastante bien, sobretodo si te gusta pensar en los demás, si tienes ese tipo de ambiciones.
El viaje que más recuerdas.
Grecia con 12 años, en primavera. Un viaje desde Atenas hasta Olimpia. Precioso, con un mínimo de independencia que para esa edad era flipante. Es uno de esos viajes que marcan la adolescencia.
Y para terminar, ¡un dato curioso que te encante!
Hay muchísimos, y hay muchísimos relacionados con pulpos, así que voy a ser hombre de compañía y te voy a contar uno de pulpos. ¿Sabes que un pulpo cabe por cualquier espacio por el que quepa su pico? Eso me encanta, no tienen límite de cuánto pueden comprimir su cuerpo excepto el pico.
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Descubre a más gente del equipo en estos posts.
Claudia Cuñat
Brand & Communications Manager
Publicado el 28 julio 2022